Nueva edición de IECE Revista Digital
N° 15 Julio 2023
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Valga esta colaboración de todos nosotros. Sigamos dejando huella cuando otros dejan ruinas y sufrimientos.
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Para quienes se interesen por nuevas orientaciones en Estética
(separata de mi artículo)
Presentación libro Itinerarios filosóficos del
siglo XX
Gabriella Bianco
*(Texto-colaboración
leído en la presentación del libro)
El mes de julio pasado publicamos el número 15 de
nuestra IECE Revista Digital, a la vez que el 20 de junio celebrábamos los 10
años de la fundación del IECE (Instituto de Estudios Culturales y Estéticos).
Lo señalo dado que en este número 15 sumamos una nueva colaboración de
Gabriella -”Ética y Filosofía para un futuro posible”- al mismo tiempo
que publicamos la reseña del libro Itinerarios filosóficos del siglo XX,
escrita por Daniel Román March.
Proponía Gabriella en un correo reciente: “En
nuestra próxima Academia filosófica, donde queremos reflexionar sobre todos
estos temas, espero contar con la colaboración de todas y todos.” Y bien,
aprovecho esta invitación para esta Academia creada por ella, que lleva por
nombre DiaLogos, para dialogar con respecto a su libro. Digo dialogar porque
esto me propongo hacer con alguno de los capítulos del libro que presentamos:
Gabriella escribe, y por mi parte leo, escribo, comento.
En mayo de este año estuvo en Mar del Plata y
pasamos largas horas dialogando en un café, como solemos hacer cuando nos
encontramos. Los temas fueron muchos, pero ahora me acotan los temas de los
capítulos.
De la Primera parte, definiendo la Ética,
dialogo con el Capítulo I, Introducción: ¿Cómo pensar filosóficamente
nuestro tiempo?
¿Por qué elijo este capítulo, esta introducción?
Creo que están dados los lineamientos generales del pensamiento de Bianco. El
tema de la ética: primero y fundamental. Al respecto diría: ni cínicos ni
hipócritas. Llamemos las cosas por su nombre. El diagnóstico que propone el
capítulo es descarnado, como entiendo debe ser. Estamos pisando el borde de una
tercera guerra mundial, oculta tras la hipocresía y el cinismo de quienes
deberían conducir los destinos de la humanidad (si les importara más que sus
propios mezquinos destinos).
“Hoy más que nunca -escribe- necesitamos ética y
responsabilidad, principios y derechos, [par]a guiarnos en un camino de
justicia, libertad y paz.” Como es manifiesto, no se queda en el diagnóstico.
Reitero que debe guiarnos: “un camino de justicia, libertad y paz”. Abordemos
sin vueltas los temas. Por ejemplo: ¿es bueno, o si se quiere, correcto matar?.
Si le damos vuelta al tema ya estamos equivocados. Pueden pensar que es
simplista. Tan simple como puede ser un muerto. “La filosofía -cito- […] ha
tenido que empezar a dar respuestas.” p. 10 Pregunta Gabriella: “¿cómo podría
la filosofía quedar impasible ante los horrores del siglo pasado y de los
primeros veinte años de este siglo?” Y agrega, respecto de la filosofía: “tiene
que empezar a dar respuestas, confiriendo sentido al mundo humano, que
presupone la posibilidad de un hombre nuevo y un mundo nuevo.” Claro, una
filosofía encarnada, atenta a los problemas del presente, atenta a otros
saberes (la ciencia, por ejemplo), no autosuficiente ni limitada a discursos
académicos.
Hemos conversado varias veces respecto a
consolidar un nuevo humanismo; personalmente digo un humanismo humanitario. Que
no se ocupe en resucitar la cultura grecolatina, o la lenguas griega o latina.
Hoy tenemos otras urgencias. Que también deberían haberla tenido los humanistas
del Renacimiento cuando los Medici, los Borgia, y tantos otros, se peleaban y
mataban entre sí. Hubo que esperar que Shakespeare, en Romeo y Julieta, planteara
lo absurdo de esos enfrentamientos.
“Así -manifiesta Gabriella- la superación de la
antigua “metafísica” y de la tradición ontológica nos empuja a la búsqueda de
la verdad humana, del sentido del vivir, del pensar y del actuar, así como del
valor y de las tareas del hombre en la historia y en la realidad.” p.11
Subrayé antes la propuesta de un análisis
descarnado. Confrontémoslo con las propias palabras de la autora:
“Este examen impiadoso de la realidad puede ser fácilmente
aplicado a todo lo “real” que estamos viviendo y nos plantea el desafío de
recuperar críticamente la verdadera historia aplastando la falsa memoria,
abriendo la cabeza a la vida real no para adaptarnos a sus injusticias, sino
para combatirlas y en última instancia, superarlas.”
El nuevo
humanismo
“Frente a la candente cuestión “¿Qué hacer?”,
-escribe-, a la crisis de democracia que sufre el sistema–mundo, la respuesta
no puede ser [más] que ésta: fundar un mundo nuevo, donde seamos libres de actuar
y pensar, expresando ese anhelo de libertad e igualdad que solo puede
proyectarse en un presente y un futuro deseable para toda la humanidad.”
Precisamente en este punto coincidimos en la
conversación (café mediante) que tuvimos el 22 de mayo pasado. Hace ya muchos
años vengo trabajando en este enfoque sistémico, inspirado en la obra de Mario
Bunge. De ahí que las consideraciones de Gabriella respecto del “sistema-mundo”
aplicadas a la complejidad de la problemática actual se adecuen muy bien al
sistema cuyos componentes bien podrían ser los subsistemas biopsicológico [Bp],
económico [E], político [P] y cultural [C] (sistema dinámico, valga la
aclaración, cuyos componentes se relacionan entre sí en su estructura). De ahí
que “Reivindicar la política como acción ética…” abarcaría no sólo uno de los
subsistemas sino los cuatro.
Por último, hago mías las palabras de Gabriella,
ya sobre el final del capítulo:
“Levantar la bandera de la paz, la libertad y la
democracia real, se inscribe en la lucha contra las injusticias, la desigualdad
social, la explotación, la corrupción hasta la destrucción de la naturaleza y
del planeta. Hay que volver al humanismo, hay que volver a “humanizar el
humanismo”, en la defensa y recuperación de la esencia humana universal, no como
una empresa de dominación, sino como conciencia de que somos parte de la
naturaleza y solo garantizando su salvación, podemos garantizar la
supervivencia del género humano, ya que es esta misma supervivencia que está en
juego.” p.22s
Me hubiera interesado referirme al Capítulo
36, Sobre la Condición Indígena en América Latina: Las venas de América siguen
abiertas. Porque Gabriella, en su amplia experiencia de vida, no se olvida
de los “márgenes”. Lo dejo a la consideración de ustedes porque sería
extenderme en demasía.
Paso, brevemente, a referirme, en esta especie de
parábola geométrica que propongo, al Capítulo 39° y último: “Hans
Küng: de la ética mundial a hermandad universal”. En rigor el título
debiera incluir -ya que lo hace el texto- al Papa Francisco y su Encíclica
Fratelli tutti (Todos hermanos). Dialoguemos entonces con Gabriella,
Küng y el Papa.
Hans Küng (1928-2021) fue uno de los grandes
teólogos del siglo XX y las primeras décadas del XXI. Tres de sus importantes
trabajos son: Ser cristiano (1974), ¿Existe Dios?
(1978); Proyecto de una ética mundial (1990).
Bianco incluye a Küng (y lo destaco, al final del
recorrido que propone su libro) en razón del título de uno de los apartados: “Proyecto
de una ética global”[1], que,
posteriormente, se completa con otro título: “La Declaración para una ética
global”. Así, señala Bianco, “lo que debemos perseguir es esa ética que
nace y crece en el patrimonio común de valores fundamentales, que constituyen
el fundamento de una ética global.”
Cierra el capítulo, luego de haber reflexionado en
esta Cuarta parte sobre autores latinoamericanos (Enrique Dussel, Paulo
Freire, Aníbal Quijano), la consideración de la Encíclica: Fratelli tutti.
“Desde el hito del diálogo interreligioso- subraya- el Papa retoma el
llamamiento a que, en nombre de la fraternidad humana, se adopte el diálogo
como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento recíproco
como método y criterio.”
No es extraño que el nuevo emprendimiento de
Gabriella apunte a la creación de una Academia Internacional cuyo nombre es
DiaLogo.
Quizá algunos de ustedes piensen, al cabo de esta
lectura: Todo muy lindo, intenciones muy buenas, pero la guerra sigue adelante,
los países no dejan
de producir armas que muchos compran, cerrando así
el gran negocio armamentista. La enorme pobreza… Nada va a cambiar.
El siglo XX en buena parte nos convenció, como
escribiera Sartre en un momento de su vida de escritor: “El infierno son los
otros” (A puerta cerrada (1944), para más datos). Samuel Beckett nos
mostró la desesperanzada expectativa de dos personajes que esperaban a Godot,
un Godot que nunca llegó ni supimos quién era. Nos envolvieron con la niebla.
Se olvidaron de contarnos cuantos millones de años estuvieron los homínidos
en este planeta, cuántos miles el homo sapiens, y todavía seguimos aquí.
Porque no cabe duda que hicimos cultura, y muchos iluminaron el camino. ¿Por
qué sólo vemos las tinieblas o es eso lo que pretenden que veamos?
Para finalizar, vuelvo al capítulo primero y
retomo estas palabras de Gabriella que explicitan su propósito:
“fundar un mundo nuevo, donde seamos libres de
actuar y pensar, expresando ese anhelo de libertad e igualdad que solo puede
proyectarse en un presente y un futuro deseable para toda la humanidad.” p. 19
Nicolás Luis Fabiani
[1] Ver también Küng, (1990). Proyecto de
una ética global. Barcelona, Editorial Planeta-Agostini: 1994. “Imposible
sobrevivir sin una ética mundial. Imposible la paz mundial sin paz religiosa.
Imposible la paz religiosa sin diálogo de religiones.” (En Introducción, p.9)
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