20 junio 2024

Por un nuevo humanismo, humanitario

 

Ludwig van Beethoven (por Joseph Karl Stieler)

Mensaje de artista que, aún hoy, ofrece una piedra fundamental para un nuevo humanismo, humanitario.

https://www.youtube.com/watch?v=7rzn_nAF59I

Daniel Barenboin: Sinfonía Nº 9 ,Op 125 “Coral”, 4 movimiento, Ludwig van Beethoven Subtítulos del texto en Alemán, Inglés, Español.

West-Eastern Divan Orchestra  Prom 18: Beethoven Cycle -- Symphony No. 9, 'Choral'

Friday 27 July, Royal Albert Hall. Anna Samuil (soprano), Waltraud Meier (mezzo-soprano), Michael König (tenor), René Pape (bass). National Youth Choir of Great Britain, West-Eastern Divan Orchestra. Daniel Barenboim (conductor)

Versión completa: 

https://www.youtube.com/watch?v=HljSXSm6v9M


Como escribiera el poeta Nicolás Guillén:

"José Ramón Cantaliso

les canta liso, muy liso,

para que lo entiendan bien."

https://www.poemas-del-alma.com/nicolas-guillen-jose-ramon-cantaliso.htm



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https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-09/papa-que-naciones-aprendan-de-historia-eviten-nuevas-catastrofes.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=NewsletterVN-ES


El Papa: Que las naciones aprendan de la historia y eviten nuevas catástrofes

En su primer discurso en el país, «puente» en Europa, Francisco denunció que «estamos muy cerca de una guerra mundial» y rezó para que el Viejo Continente «anteponga la vida». Subrayó que la Iglesia afronta con decisión el flagelo de los abusos a menores, «acompañando a los heridos» y recordó el drama de las «adopciones forzadas».

Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano

Una oración por «los responsables de las naciones» de todo el mundo, para que, mirando a Bélgica y a su historia, «magistra vitae demasiadas veces desoída», aprendan de ella y sepan «evitar a sus pueblos» las desgracias y el luto de las guerras. El Papa Francisco la pronunció en la Gran Galería del Castillo de Laeken, residencia oficial del Rey de Bélgica, al final de su discurso ante unos 300 representantes de las autoridades políticas y religiosas, de los empresarios y de la sociedad civil y la cultura. Desde este pequeño pero al mismo tiempo gran país que le acogió el viernes por la tarde bajo una lluvia torrencial, el Papa rezó «para que los gobernantes sepan asumir su responsabilidad, el riesgo y el honor de la paz y sepan alejar el peligro, la ignominia y la absurdidad de la guerra». Y conviertan sus corazones, «poniendo siempre el bien común en primer». También habló de los abusos a menores como «un crimen del que la Iglesia debe avergonzarse y pedir perdón, y tratar de resolver con humildad cristiana».

El primer día del Papa en Bélgica

La primera jornada de Francisco en Bélgica, el segundo Pontífice después de San Juan Pablo II en 1995 que visita este país y la capital Bruselas, elegida por Europa, al final de la Segunda Guerra Mundial, como sede de las principales instituciones europeas, había comenzado con una misa privada en la Nunciatura a las 7.00. A las 9.15 partió el cortejo papal para llegar al castillo de Laeken, residencia habitualmente utilizada para ceremonias oficiales. Fue construido por los archiduques austriacos y gobernadores generales de los Países Bajos, María Cristina de Austria y Alberto de Sajonia-Teschen, y terminado en 1785. Aquí, poco después de las 9.30 horas, comenzó la visita de cortesía al Rey Felipe de Bélgica, que recibió al Papa Francisco con mucha cordialidad e intercambios de sonrisas a la entrada, junto con la Reina Matilde.

La visita de cortesía al Rey Felipe

Tras la foto oficial en el Vestíbulo, en el Salón de las Artes, el Papa firma en el Libro de Honor, rodeado de los espléndidos tapices procedentes de Francia. Francisco escribió: «Con corazón agradecido visito Bélgica, signo y puente de paz, donde diferentes culturas, lenguas y pueblos conviven en el respeto mutuo. ¡Que Dios bendiga a Bélgica!». A continuación, el Rey y el Pontífice se trasladaron al Bureau de Sa Majesté y, por último, al Salon des princes para el intercambio de regalos y la presentación de los cuatro hijos de la pareja real. Al final, el encuentro con el Primer Ministro Alexander De Croo. A continuación, el Rey, la Reina y el Papa, con el Primer Ministro, se trasladaron, poco después de las 10.15 horas, a la Grande Galerie para el encuentro con las Autoridades.




Un puente para construir la paz y repudiar la guerra

El Papa Francisco abrió su discurso calificando a Bélgica de puente, «entre el continente y las Islas Británicas, entre el área de matriz germánica y la francófona, entre el sur y el norte de Europa». Y precisamente por ser «la línea divisoria entre el mundo germánico y el latino, colindante con Francia y Alemania, países que más habían encarnado las antítesis nacionalistas en la base del conflicto», fue elegida por los pueblos de Europa como sede natural de las principales instituciones europeas, el lugar ideal para iniciar un serio camino de pacificación e integración. Un lugar, ideal «casi una síntesis de Europa - explicó el Papa- desde el cual iniciar su reconstrucción, física, moral y espiritual». Un puente, por tanto, «para permitir que la concordia se expanda y las controversias se disipen». Donde cada uno encuentra al otro «y elige la palabra, el diálogo y el intercambio como medio para relacionarse».

Un lugar donde se aprende a hacer de la propia identidad, no un ídolo o una barrera, sino un espacio de acogida que sea punto de partida y retorno, donde se promueven intercambios válidos, se buscan juntos nuevos equilibrios y se construyen nuevas síntesis. Un puente que favorece el comercio, que comunica y pone en diálogo las civilizaciones. Un puente, por lo tanto, indispensable para construir la paz y repudiar la guerra.

Cerca de una guerra casi mundial

Por eso, prosiguió Francisco, Europa necesita a Bélgica «para recordar su historia», hecha de pueblos y culturas, de catedrales y universidades, de logros del ingenio humano, pero también de tantas guerras y de una voluntad «de dominio», que se convirtió a veces en «colonialismo y explotación». Lo necesita «para seguir el camino de la paz y la fraternidad entre los pueblos que la forman».

Este país recuerda a todos los demás que, cuando —basándose en las más variadas e insostenibles excusas— se comienzan a desacatar las fronteras y los tratados, y se deja a las armas el derecho de crear el derecho, subvirtiendo el que está vigente, se destapa la caja de Pandora y todos los vientos comienzan a soplar violentamente, batiéndose contra la casa y amenazando con destruirla. En este momento histórico creo que Bélgica tiene un papel muy importante. Estamos cerca de una guerra casi mundial.

Que Europa invierta en el futuro abriéndose a la vida

La concordia y la paz, subrayó el Pontífice, deben cultivarse con tenacidad y paciencia, porque el ser humano, «cuando deja de hacer memoria del pasado y de dejarse educar por él», tiene la capacidad de «volver a caer incluso después de haberse levantado», olvidando «los sufrimientos y el coste aterrador de las generaciones pasadas». Por eso Bélgica es valiosa para la memoria de Europa, para que pueda desarrollar «una acción cultural, social y política constante y oportuna», que excluya un futuro en el que la guerra se convierta en «una opción viable de consecuencias catastróficas».

La historia, magistra vitae, - maestra de la vida - muy frecuentemente ignorada, desde Bélgica llama a Europa a reemprender su camino, a recuperar su verdadero rostro, a confiar nuevamente en el futuro abriéndose a la vida, a la esperanza, para vencer el invierno demográfico y el infierno de la guerra.  Son dos calamidades en este momento: el infierno de la guerra, lo estamos viendo, que puede transformarse en una guerra mundial; y el invierno demográfico. En esto debemos ser prácticos: ¡tener hijos! ¡Tener hijos!

La Iglesia en Bélgica entre la caridad y el drama de los abusos

La Iglesia católica, en Bélgica y en Europa, recordó el Papa Francisco, quiere ser una presencia que, «dando testimonio de su fe en Cristo resucitado, ofrece a las personas, a las familias, a las sociedades y a las naciones una esperanza antigua y siempre nueva». Y que ayude a todos a afrontar los desafíos y las pruebas, «con la certeza de que el ser humano, amado por Dios, tiene una vocación eterna de paz y de bien». La Iglesia, continuó, «anuncia una Noticia que puede colmar de alegría los corazones y, con obras de caridad y los innumerables testimonios de amor al prójimo, busca brindar signos concretos y pruebas del amor que la mueve». Pero, en la concreción del tiempo, no siempre «vive el mensaje evangélico en su pureza y plenitud».

En esta permanente coexistencia entre santidad y pecado, esta coexistencia entre luces y sombras vive la Iglesia, a menudo con resultados de gran generosidad y espléndida dedicación, y a veces, lamentablemente, con la irrupción de dolorosos antitestimonios. Pienso en los dramáticos casos de abusos de menores, un flagelo que la Iglesia está afrontando con decisión y firmeza, escuchando y acompañando a las personas heridas e implementando un amplio programa de prevención en todo el mundo.

Un crimen del que la Iglesia debe avergonzarse

Francisco, levantando la vista de su discurso preparado, añadió que ésta es «la vergüenza que hoy todos debemos tomar en nuestras manos». Debemos pedir perdón y resolver el problema, añadió.

Pensamos en el tiempo de los santos inocentes y decimos: «Oh, qué tragedia, lo que hizo el rey Herodes», pero hoy en la Iglesia misma existe este crimen y la Iglesia debe avergonzarse y pedir perdón, y tratar de resolver esta situación con humildad cristiana. Y actuar todas las cosas, todas las posibilidades para que esto no vuelva a ocurrir. Alguien me dice: «Pero, Santidad, piense que, según las estadísticas, la inmensa mayoría de los abusos se producen en la familia o en el barrio o en el mundo del deporte, en la escuela», si basta uno solo para avergonzarse. En la Iglesia debemos pedir perdón por esto, que los demás pidan perdón por su parte. Esta es nuestra vergüenza y humillación.

El dramático fenómeno de las adopciones forzadas

El Papa subrayó también que le entristecía el fenómeno de las «adopciones forzadas», que se produjo en Bélgica entre los años cincuenta y setenta. Historias espinosas que son el resultado de «una mentalidad difundida en todos los estratos de la sociedad». A menudo, la familia e incluso la Iglesia, explicó, pensaban que, «para quitar el estigma negativo, que desgraciadamente en esos tiempos afectaba a la madre soltera», era preferible por el bien de ambos, madre e hijo, «que este último fuera adoptado». Y, en algunos casos a algunas mujeres no se les daba «la opción decidir si quedarse con el niño o darlo en adopción. Esto sucede hoy en algunas culturas, en algún país».

«Rezo para que los gobiernos asuman la responsabilidad de la paz»

Por eso Francisco suplicó al Señor «que la Iglesia encuentre siempre en sí misma la fuerza para actuar con claridad y no uniformarse con la cultura dominante», incluso cuando ésta utiliza, manipulándolos, valores que derivan del Evangelio, pero para sacar de ellos conclusiones indebidas, con su pesado resultado de sufrimiento y exclusión. Reza también «para que los responsables de las naciones, fijándose en Bélgica y a su historia, sepan aprender de ello y, así, ahorren a sus pueblos catástrofes incesantes e innumerables lutos».

Rezo para que los gobernantes sepan asumir su responsabilidad, el riesgo y el honor de la paz, y sepan alejar el peligro, la ignominia y la absurdidad de la guerra. Rezo para que teman al juicio de la conciencia, de la historia y de Dios, y conviertan la mirada y los corazones, poniendo siempre el bien común en primer lugar. En este momento en el que la economía se ha desarrollado tanto, quisiera subrayar que en algunos países las inversiones más redituables son las fábricas de armas.

«En camino con esperanza»

El Pontífice concluyó recordando el lema de su visita a Bélgica, «En route, avec Espérance», en camino con esperanza. Y reflexionó sobre el hecho de que Espérance «está escrito con mayúscula»: porque «la esperanza es un regalo de Dios, y se lleva en el corazón!». Dejó así un deseo a todos los hombres y mujeres que viven en Bélgica: «que puedan pedir y recibir siempre este don del Espíritu Santo, la esperanza, para caminar juntos con Esperanza en el camino de la vida y de la historia».


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Hemos recibido el libro del estimado Hugo Biagini y, a continuación, ofrecemos compartir el enlace con los lectores. 

El siglo de Hugo Biagini : una antología / Andrés Kozel y Gerardo Oviedo (selección), perteneciente a la colección “Lecturas fundamentales de América Latina”, publicada por la UNAM en México.


Resumen

El título específico de este libro, El siglo de Hugo Biagini, proviene de un comentario que hizo Patrice Vermeren sobre la producción de nuestro autor para la revista Utopía y praxis Latinoamericana. El primer texto aquí compilado -en torno a la reinvindicación de la política- apareció en España durante la prohibición que sufrió dicha actividad escencial bajo la última dictadura argentina. A su vez se incorporan otros textos de Biagini que han visto la luz en Costa Rica, Guatemala y Brasil. Algunos textos aquí seleccionados resultaron distinguidos en el Certamen Ensayo Político organizado por Nueva sociedad en Venezuela, en el Premio Especial Eduardo Mallea del Gobierno de Buenos Aires y en un Premio Nacional de Pedagogía. El estudio sobre Marcuse integra un volumen que fue declarado finalista en el Premio Casa de las Américas (Cuba). 


Enlace:

https://librosoa.unam.mx/bitstream/handle/123456789/3706/9786073082600.pdf?sequence=1&isAllowed=y







Entendemos que mucho puede aportar para estas reflexiones "por un nuevo humanismo, humanitario".


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Sin conocimiento histórico corremos el riesgo 

 de malinterpretar el pasado y el presente.


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La Santa Sede: Las armas nucleares son una amenaza para la humanidad

https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2024-07/la-santa-sede-armas-nucleares-son-una-amenaza-para-la-humanidad.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=NewsletterVN-ES

El Arzobispo Ettore Balestrero, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, interviniendo en el Segundo Comité Preparatorio de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, subrayó el preocupante crecimiento del gasto militar en el sector nuclear y los riesgos de las nuevas tecnologías. El desarme es una responsabilidad ética hacia la humanidad, dijo el diplomático vaticano

Vatican News

«Los actuales conflictos armados, en particular la guerra en Ucrania, sirven para recordar que la búsqueda del diálogo debe ser incesante y que la posesión de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva representan -como escribió el Papa Francisco en su carta al obispo de Hiroshima el 19 de mayo de 2023 con ocasión del G7- «un multiplicador de riesgos que sólo da una ilusión de paz». Así lo ha señalado el arzobispo Ettore Balestrero, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, que ha participado, ayer, en el Segundo Comité Preparatorio de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares que se celebrará en 2026.

En su intervención, el diplomático vaticano afirmó que «la Santa Sede está profundamente preocupada por la amenaza existencial que siguen representando la proliferación nuclear y las armas nucleares», una amenaza que «se ve agravada aún más por el tenso entorno estratégico y la continua modernización y expansión de los arsenales nucleares». Por lo tanto, «es imperativo reconocer que los arsenales nucleares, como instrumentos de estrategia militar, tienen intrínsecamente una disposición activa al uso».

El preocupante aumento de las armas nucleares

Monseñor Balestrero recordó que el Papa Francisco reiteró «la inmoralidad de la producción y posesión de armas nucleares» en su discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede a principios de este año, y señaló lo «preocupante que resulta el continuo crecimiento de los gastos militares relacionados con las armas nucleares y el aumento de la retórica y las amenazas sobre su posible uso», añadiendo que «tales amenazas son una afrenta a la humanidad», porque «una guerra nuclear tendría sin duda un impacto irreparable y devastador, con una pérdida de vidas sin precedentes».

El desarme, una responsabilidad ética

Ante la incesante producción de armas, es necesario reflexionar sobre el hecho de que «la no proliferación y el desarme, además de ser obligaciones legales, son responsabilidades éticas hacia todos los miembros de la familia humana», dijo el observador permanente, recordando que en su discurso sobre las armas nucleares pronunciado en el Parque del Hipocentro de la Bomba Atómica en Nagasaki el 24 de noviembre de 2019, el Papa Francisco describió la paz y la estabilidad internacionales como «sólo posibles desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro configurado por la interdependencia y la corresponsabilidad.»

Balestrero también señaló que, considerando las «tensiones reinantes» y las «catastróficas consecuencias humanitarias» que se derivarían del uso de armas nucleares, «urge reanudar un diálogo sincero para establecer limitaciones vinculantes» precisamente «a todas las armas nucleares y sistemas vectores a escala global». Todo ello teniendo en cuenta que «los avances en los sistemas vectores y en la tecnología de la información» han complicado los riesgos asociados a «la posesión de armas nucleares, incluso en caso de escalada no intencionada», ya que conduce a «reducir los tiempos de decisión y respuesta», y aumenta «la probabilidad de uso nuclear».

Reorientar el gasto hacia proyectos de desarrollo

Las armas nucleares, por tanto, tienen «enormes costes que afectan al bien común global», señaló el arzobispo, mientras que, en cambio, «los recursos humanos y financieros que actualmente se destinan a los esfuerzos de modernización podrían reorientarse hacia proyectos de desarrollo que aborden las necesidades urgentes y universales de las poblaciones más pobres y vulnerables».

En este sentido, el observador permanente señaló que la Santa Sede lleva tiempo impulsando la propuesta de «establecer un fondo mundial, financiado con una parte del dinero que de otro modo se destinaría a armamento y otros gastos militares», para erradicar el hambre y promover el desarrollo en los países más empobrecidos», con el fin de contribuir “a la realización de una cultura de la vida y la paz”.

Compromiso en favor de la no proliferación nuclear

«La Santa Sede desea reafirmar su firme convicción de que un mundo libre de armas nucleares es posible y necesario», prosiguió Balestrero, considerando que el Tratado de No Proliferación Nuclear y el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares »pueden reforzarse mutuamente, incluso en los ámbitos de la verificación del desarme nuclear la rehabilitación medioambiental y la asistencia a las víctimas» y teniendo en cuenta el “valioso papel de la Asociación Internacional para la Verificación del Desarme Nuclear”, que “durante los últimos diez años ha trabajado para identificar los desafíos técnicos y las posibles soluciones asociadas a la verificación en un espíritu de colaboración entre Estados poseedores de armas nucleares y Estados no poseedores de armas nucleares”. «En medio de la tragedia de los conflictos armados actuales», concluyó el observador permanente, “debemos recuperar la conciencia de que somos miembros de la misma familia humana”.

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Una Europa sin memoria y una "inútil masacre"

El director editorial del Dicasterio para la Comunicación propone una relectura del discurso del Papa Francisco a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en Luxemburgo.

Andrea Tornielli


Paz, negociaciones, trabajo diplomático, compromisos honorables... El Papa Francisco desde Luxemburgo, un pequeño país en la encrucijada de muchos acontecimientos históricos europeos, lanza un llamamiento por la paz a Europa, pidiéndole que no repita los errores del pasado. Invitándola a no ser olvidadiza. Y llama la atención en las palabras del Sucesor de Pedro la expresión "inútil masacre", que recuerda a la utilizada por Benedicto XV para definir la "carnicería" de la Primera Guerra Mundial.


Que la democracia sea el antídoto contra los nacionalismos

26/09/2024

Que la democracia sea el antídoto contra los nacionalismosEn su discurso a las autoridades luxemburguesas, el Papa Francisco dirigió su mirada al país como ejemplo de compromiso en la construcción de una Europa unida y solidaria. De ahí ...

Dirigiéndose a las autoridades de Luxemburgo, el Papa constató "el resurgimiento, incluso en el continente europeo, de desavenencias y enemistades que, en lugar de resolverse sobre la base de la buena voluntad mutua, la negociación y la labor diplomática, desembocan en hostilidades abiertas, con su secuela de destrucción y muerte". Cómo no pensar en la Ucrania atacada por Rusia, una guerra que ya ha costado un millón de muertos y heridos, y devastado el país. Una guerra librada entre cristianos que comparten la misma fe, el mismo bautismo y la misma liturgia.


Entonces Francisco observó amargamente que el corazón humano parece incapaz de "'preservar la memoria". Sí, en efecto, es una Europa olvidadiza la que corre el riesgo de volver a los caminos de la guerra. Para evitar «nuevas masacres inútiles», añadió, se necesitan "elevados y profundos valores espirituales, que impidan el extravío de la razón y la vuelta irresponsable a cometer los mismos errores del pasado, agravados además por el mayor poder técnico del que ahora dispone el ser humano".


Pero el Obispo de Roma habló también de la responsabilidad específica de los gobernantes, de los que tienen autoridad, calificando de "necesidad urgente" comprometerse "con constancia y paciencia en llevar adelante negociaciones honestas con vistas a resolver los desacuerdos". Pidió almas dispuestas "a encontrar compromisos honorables que no socaven nada y que puedan, en cambio, construir seguridad y paz para todos".



Paz, negociaciones, trabajo diplomático, compromisos honorables: palabras que parecen haber desaparecido del vocabulario de los dirigentes, incluidos los europeos, en un momento en que sólo se habla de armas y de cuántos miles de millones hay que invertir en los instrumentos de la muerte. Mientras hay gobernantes que amenazan con utilizar artefactos nucleares, mientras aumenta el número de civiles muertos bajo las bombas pilotadas por drones, mientras los Estados invierten enormes sumas en armamento, restando recursos a la lucha contra el hambre, la salud, la educación, la protección del medio ambiente, son los pueblos los que deben hacer oír su voz. 


Las palabras pronunciadas por Pablo VI el 29 de enero de 1966 a propósito de un arbitraje de la ONU sobre la guerra de Vietnam siguen siendo de una actualidad apremiante: "Es una grave, gravísima responsabilidad rechazar la negociación, única vía ahora para poner fin al conflicto, sin dejar la decisión a las armas, a las cada vez más terribles armas. Los pueblos nos observan! ¡Y Dios tendrá que juzgarnos!"."

Vatican News

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Para reflexionar:

Enrique Dussel: Principios éticos de la economía.

"El fin de todos los fines es la vida humana."

"La ética tiene que ver con la vida."

https://www.youtube.com/watch?v=qiqTFpyYqPg


Y para seguir reflexionando sugiero:

Cosas que la resignación de unos, la inmovilidad de otros o la ignorancia nos llevan a "esto" que estamos viviendo en el nivel mundial. Mientras tanto, y en un orden "macro", los fabricantes de armas llenan sus arcas y los cementerios. Lo macro y micro se relacionan ( o hay que relacionarlos).


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Para reflexionar:

"Cuando se piensa en los problemas sociales contemporáneos no se puede menos que espantarse. El Tercer Mundo, en particular, está plagado de problemas pavorosos y que, lejos de ir resolviéndose, empeoran día a día. Baste mencionar el hambre, la sobrepoblación, la desocupación, la marginación, la explotación irracional de los recursos naturales, la dependencia, el bajo nivel educacional, la cultura raquítica e imitativa, la tiranía política, la corrupción, y el militarismo. Cuando el científico acostumbrado a una metodología rigurosa piensa en estos problemas, no tiene derecho a adoptar la actitud fácil de menospreciar o compadecer a los sociólogos empeñados en estudiarlos, ni a los políticos y estadistas que dicen querer resolverlos. La actitud constructiva es poner el hombro, sea convirtiéndose él mismo en científico social ocasional, sea promoviendo la transferencia de metodologías de las ciencias maduras a las inmaduras, en este caso las sociales."

Mario Bunge: Epistemología. 1a. ed. 1980   [¡Publicado en 1980!]

https://ciroespinoza.wordpress.com/wp-content/uploads/2012/01/bunge-epistemologia.pdf


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ATENTAN CONTRA UN NUEVO HUMANISMO


1.- Matar a seres humanos. Con armas, económicamente, incapacitándolos para alimentarse, tener una vivienda digna, tener acceso a la educación.

2.- Producir armas (dilapidar recursos que debieran servir para subvenir a las necesidades más urgentes de sus vidas)

3.- Odiar al prójimo

4.- Destruir lo que la humanidad construyó a lo largo de milenios

5.- Creer que somos los dueños del mundo (o de cualquier parcela de él)

6.- Creer que la vida es una propiedad privada.   


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Guerra, quieren. Eligen el camino de la destrucción. Son los amantes de la muerte. Amor a la muerte. No merecen haber nacido. Porque nacemos a la vida.

Pero si pensamos en un nuevo Humanismo, humanitario, evitemos el riesgo de no ser humanitarios. Tenemos que contar con ellos, con su idiotez suicida.  “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas, 23: 34) 

¡Qué gran sacrificio se nos pide hoy!


https://www.elconfidencial.com/mundo/2023-06-15/leopard-ardiendo-contraofensiva_3665789/ 

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