“El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los
propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado
a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la
organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de
nuestra existencia.” p. 10
Papa Francisco: Encíclica Fratelli tutti
http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.pdf
"La verdadera felicidad procede de una bondad esencial que desea de todo corazón que cada persona
encuentre sentido a su existencia." p. 35
Matthieu Ricard: En defensa de la felicidad
https://www.academia.edu/36527387/En_defensa_de_la_felicidad
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La
pandemia
No
suelo leer los comentarios de los lectores a las noticias de los
periódicos. Razones: muchas veces porque están escritos con
horrores de ortografía; otras, porque las opiniones denotan
desconocimientos imperdonables de los temas de que se trata. ¿Por
qué, a veces, los leo? Para tomar nota de qué se dice y cómo se
expresa.
Respecto
del tema de la pandemia me pregunto qué nos provoca, qué hace que
algunos parecieran amar la muerte y no “honrar la vida”, como
titulaba su canción Eladia Blázquez.
“El
dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios
límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado a
repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la
organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de
nuestra existencia.” Papa Francisco, Encíclica Fratelli tutti
(Todos hermanos).
Más
adelante agrega que, sin dejar de reconocer “los avances positivos
que se dieron en la ciencia, la tecnología, la medicina, la
industria y el bienestar, sobre todo en los países desarrollados”,
“se constata un deterioro de la ética, que condiciona la acción
internacional, y un debilitamiento de los valores espirituales y del
sentido de responsabilidad. Todo eso contribuye a que se difunda una
sensación general de frustración, de soledad y de desesperación.
[…]”
De
ahí que el Papa ponga el acento en la sabiduría. “La sabiduría
no se fabrica con búsquedas ansiosas por internet, ni es una
sumatoria de información cuya veracidad no está asegurada. […]
La
sabiduría surge de reconocer “en el corazón de la vida [...] lo
que es esencial para darle un sentido a la existencia.”
Ya
me parece escuchar algunas objeciones: que el Papa esto o lo otro...;
que la Religión así o asá…, que Nietzsche decretó la muerte de
Dios… Excusas para no leer estos textos.
«Los
textos religiosos clásicos pueden ofrecer un significado para todas
las épocas, tienen una fuerza motivadora», pero de hecho «son
despreciados por la cortedad de vista de los racionalismos». Esto
escribía el Papa en la Encíclica Evangeli gaudium.
Acerco
también un texto de Matthieu Ricard: En defensa de la felicidad.
¡Atención!, no una “felicidad boba” de repetir y repetir “soy
feliz” las 24 horas del día. Ricard, fue ante todo un científico,
un Doctor en Biología. Luego se consagró como monje budista. De
esta última formación surgen algunas textos que cito.
"La
verdadera felicidad -escribe- procede de una bondad esencial que
desea de todo corazón que cada persona encuentre sentido a su
existencia."
“¿Cuáles
son los criterios que permiten calificar un acto de bueno o de malo?
-se pregunta Ricard. “Para el budismo, un acto es esencialmente
malo si engendra nuestro sufrimiento o el de los demás, y bueno si
engendra nuestro bienestar verdadero o el de los demás.”
“No
se trata de definir aquí el Bien y el Mal en un sentido absoluto,
sino de tomar conciencia de la felicidad y del sufrimiento que
producimos, tanto de hecho como de palabra y de pensamiento.”
¿Por
qué comento estos textos? Retomo mi comparación con una heladera:
si guardamos alimentos podridos en nuestra heladera, luego
retiraremos alimentos podridos, fríos. Si ponemos buenos alimentos…
Heladera
a la que comparo con nuestro cerebro, con nuestra mente: si
introducimos textos cualesquiera, de escaso o ningún valor, si no
introducimos “alimentos” que nos ayuden a reflexionar, a
comprender, entonces tendremos el cerebro lleno de… y cada uno
sabrá de qué.
Con
respecto a la pandemia, termino parafraseando un texto de
Jean-Jacques Rousseau, el pensador francés del siglo XVIII, citado
por Ricard:
“El
rico siente poca compasión por el pobre porque es incapaz de
imaginarse siendo pobre.”
Parafraseando
a Rousseau, digo: “El sano siente poca compasión por el enfermo
porque es incapaz de imaginarse enfermo”.