“El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia.” p. 10
Papa Francisco: Encíclica Fratelli tutti
"La verdadera felicidad procede de una bondad esencial que desea de todo corazón que cada persona
encuentre sentido a su existencia." p. 35
Matthieu Ricard: En defensa de la felicidad
https://www.academia.edu/36527387/En_defensa_de_la_felicidad
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La pandemia
No suelo leer los comentarios de los lectores a las noticias de los periódicos. Razones: muchas veces porque están escritos con horrores de ortografía; otras, porque las opiniones denotan desconocimientos imperdonables de los temas de que se trata. ¿Por qué, a veces, los leo? Para tomar nota de qué se dice y cómo se expresa.
Respecto del tema de la pandemia me pregunto qué nos provoca, qué hace que algunos parecieran amar la muerte y no “honrar la vida”, como titulaba su canción Eladia Blázquez.
“El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia.” Papa Francisco, Encíclica Fratelli tutti (Todos hermanos).
Más adelante agrega que, sin dejar de reconocer “los avances positivos que se dieron en la ciencia, la tecnología, la medicina, la industria y el bienestar, sobre todo en los países desarrollados”, “se constata un deterioro de la ética, que condiciona la acción internacional, y un debilitamiento de los valores espirituales y del sentido de responsabilidad. Todo eso contribuye a que se difunda una sensación general de frustración, de soledad y de desesperación. […]”
De ahí que el Papa ponga el acento en la sabiduría. “La sabiduría no se fabrica con búsquedas ansiosas por internet, ni es una sumatoria de información cuya veracidad no está asegurada. […]
La sabiduría surge de reconocer “en el corazón de la vida [...] lo que es esencial para darle un sentido a la existencia.”
Ya me parece escuchar algunas objeciones: que el Papa esto o lo otro...; que la Religión así o asá…, que Nietzsche decretó la muerte de Dios… Excusas para no leer estos textos.
«Los textos religiosos clásicos pueden ofrecer un significado para todas las épocas, tienen una fuerza motivadora», pero de hecho «son despreciados por la cortedad de vista de los racionalismos». Esto escribía el Papa en la Encíclica Evangeli gaudium.
Acerco también un texto de Matthieu Ricard: En defensa de la felicidad. ¡Atención!, no una “felicidad boba” de repetir y repetir “soy feliz” las 24 horas del día. Ricard, fue ante todo un científico, un Doctor en Biología. Luego se consagró como monje budista. De esta última formación surgen algunas textos que cito.
"La verdadera felicidad -escribe- procede de una bondad esencial que desea de todo corazón que cada persona encuentre sentido a su existencia."
“¿Cuáles son los criterios que permiten calificar un acto de bueno o de malo? -se pregunta Ricard. “Para el budismo, un acto es esencialmente malo si engendra nuestro sufrimiento o el de los demás, y bueno si engendra nuestro bienestar verdadero o el de los demás.”
“No se trata de definir aquí el Bien y el Mal en un sentido absoluto, sino de tomar conciencia de la felicidad y del sufrimiento que producimos, tanto de hecho como de palabra y de pensamiento.”
¿Por qué comento estos textos? Retomo mi comparación con una heladera: si guardamos alimentos podridos en nuestra heladera, luego retiraremos alimentos podridos, fríos. Si ponemos buenos alimentos…
Heladera a la que comparo con nuestro cerebro, con nuestra mente: si introducimos textos cualesquiera, de escaso o ningún valor, si no introducimos “alimentos” que nos ayuden a reflexionar, a comprender, entonces tendremos el cerebro lleno de… y cada uno sabrá de qué.
Con respecto a la pandemia, termino parafraseando un texto de Jean-Jacques Rousseau, el pensador francés del siglo XVIII, citado por Ricard:
“El rico siente poca compasión por el pobre porque es incapaz de imaginarse siendo pobre.”
Parafraseando a Rousseau, digo: “El sano siente poca compasión por el enfermo porque es incapaz de imaginarse enfermo”.
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