23 julio 2025

PARA UN MUNDO SIN ESPERANZA

 



Compromiso: 
"una filosofía que solo se interesa por sus propios asuntos no se ocupa de su principal asunto." 
Mario Bunge

“Encontraremos de nuevo esperanza cada vez que pongamos al ser humano en el centro y en el corazón de las instituciones”. Con esta afirmación clara y urgente, el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández, marcó el tono de su homilía este viernes 25 de julio, solemnidad del Apóstol Santiago, patrono de España. 
https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2025-07/solemnidad-apostol-santiago-arzobispo-prieto-fernandez-compostel.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=NewsletterVN-ES 


La utopía

Comparto la entrada Utopía,  publicada por V. Ramos Centeno en el Diccionario de Pensamiento Contemporáneo. Puede ser un punto de partida para reflexionar sobre el tema.

 

 

UTOPÍA DicPC

Inquietum est cor nostrum. Somos carencia y deseo; somos sed de goce infinito e infinita capacidad de /sufrimiento, nosotros que en todo somos limitados, como dice Ernst Bloch. Por eso, la preocupación por el sufrimiento es el punto de partida del pensar. No estamos a gusto con nosotros mismos, buscamos y esperamos nuestro /rostro aún no desvelado. El pensar siempre se dio en el anhelo de un vivir sin sufrimiento, sin indignidad, sin / alienación, sin la /nada. La utopía es el sueño de una vida mejor y verdadera, el sueño de la humanidad del hombre. Por eso estuvo presente desde que el hombre se soñó como humano, se manifestó desde que el hombre se irguió sobre la naturaleza en todas aquellas formas en que la humanidad apareció.

I. TERMINOLOGÍA Y REFERENCIAS HISTÓRICAS.

La palabra utopía la inventó Tomás Moro, es sabido. Pero la idea acompañó desde siempre a la humanidad; aunque en nuestro mundo mediterráneo, donde quizá se la pensó mejor, la utopía siempre llevó en su rostro los rasgos de la sed de /justicia que brota de la Biblia y del ideal de racionalidad del sueño griego. Tomás Moro tiene detrás a Platón e Isaías, al Evangelio y a la filosofía griega, como también a toda la rica historia cristiana. Y cuando ve lo que es la «revolución de los ricos» (que la llamó Chesterton), no acepta el naciente mundo del dinero, sino que salta hacia adelante, repensando el futuro contenido en los viejos sueños del pasado. Y es ese rechazo del mundo del dinero, que Moro alaba en Platón, y que siempre está presente en la condena bíblica de los ricos, el que sigue alentando en tantas utopías posteriores, en toda la época moderna, en que ese mundo del dinero, sin embargo, seguía creciendo; aun cuando, a la vez, el sueño de la justicia y el ideal del paso erguido prepararon nuevos amaneceres.

En el siglo XIX, de nuevo tras otra revolución de los ricos (que suelen darse y triunfar siempre que fracasan o son traicionadas las revoluciones de los /pobres), las utopías conocen un nuevo esplendor. Los ideales de justicia, de racionalidad, de /fraternidad, fueron formulados de nuevo por Owen, Fourier, Cabet, etc. A Marx no le gustaron demasiado, es verdad, estos anhelos. Su exigencia de praxis y de análisis crítico le hizo sospechar de estos bellos pensamientos, a él que precisamente también había de arrebatar a muchos hombres en pos de una bella idea. Pero por mucho que Engels se empeñe en hacer pasar al socialismo «de la utopía a la ciencia», la idea de utopía como quimera no deja de ser una idea típica del positivismo del XIX, como dice F. E. Manuel. Aunque, como también recuerda este autor, desde La asamblea de las mujeres, de Aristófanes, la utopía siempre ha tenido quien la haga objeto de burla.

El siglo XX iba a traer sorpresas; y aunque en él, como efecto de los muchos desastres ocurridos, va a abundar la literatura antiutópica (Orwell, Zamiantin, Huxley, etc.), también será quizá el siglo en que mejor se ha reflexionado sobre el concepto de utopía. Desde Geist der Etopie de Ernst Bloch (1918), no han hecho sino aparecer libros, escritos y estudios en que el concepto de utopía es analizado, criticado, defendido, interpretado de los más diversos modos y por los más diversos autores; aunque puede que sea Bloch precisamente elque en El principio esperanza (esa summa de las utopías, como se ha dicho) haya hecho la reflexión más profunda sobre el concepto de utopía, sobre el carácter utópico del hombre y del mundo mismo, mostrándonos con claridad que la utopía no se reduce a la utopía social.

II. REFLEXIÓN SISTEMÁTICA.

El vocablo utopía con el significado de quimera ha de quedar, por tanto, sólo para el lenguaje vulgar, aunque sea desgraciadamente el que utilizan casi siempre nuestros habladores públicos y sus adláteres. Pero utilizar utopía en ese sentido vulgar no deja de denotar hoy, la mayor parte de las veces, cierta bruteza. Porque quizá tradujo mal Quevedo en su día: «No hay tal lugar». Más bien habría que decir: «Todavía no existe, pero debe existir, nos interpela, se hace presente en nuestros sueños de humanidad, en el arte, en la /filosofía, en la /religión, en nuestras luchas».

El hombre, a pesar de todo, no aguanta el /mal. La utopía es, como dice P. Ricoeur, repudio de lo existente, en tanto que nos es inadecuado, en tanto que no debiera ser. Quevedo vio bien la presencia en Moro de este rechazo y crítica de lo injusto e inmoral: Moro, dice, «vivió en tiempo y reino, que le fue forzoso para reprender el gobierno que padecía, fingir el conveniente». En la condición moral del hombre va implícito su carácter utópico, y la exploración, invención y anticipación del futuro debido. Por eso J. Muguerza puede hablar no sólo de que «la filosofía moral, política y social no puede renunciar a instalarse en la utopía», sino incluso del carácter utópico «de toda ética sin más». Porque, ¿qué es la /ética sino una utopía de la humanidad?

Por eso no hay que confundir para nada utopía e ideología. Como dijo Mannheim, y repite Ricoeur, la /ideología es la justificación de lo perecedero, mientras la utopía siempre ha tenido que ver con el sueño de lo que debe y puede llegar a ser real, y con lo que en la historia ha llegado a ser real y verdadero. Y, como dice Bloch, lo que queda, al fin, de las ideologías pasadas, de los modos de representación del mundo de épocas pasadas, es justamente aquello que en ellas había de utópico, lo que en ellas apuntaba hacia adelante.

Porque la utopía es verdad, dice P. Tillich. «¿Por qué es verdad? Porque expresa la esencia del hombre, el fin propio de su existencia. La utopía muestra lo que el hombre es esencialmente, y lo que debería tener como telos en su existencia». Que no es verdadero el mero mundo de los hechos; si no, ¿qué sentido tendría que la víctima por antonomasia de la historia pudiera decir, que nos recuerda Bloch: «Todo el que es de la verdad escucha mi voz»? Y no olvidemos en qué situación precisamente dijo tales palabras esa víctima. Por eso la utopía tiene que ver con la voluntad, con la negación de lo negativo y la voluntad del bien. Bloch define así la utopía: «Utopía es la voluntad acrisolada al ser del todo».

Pero la utopía no es voluntad pura que se asienta en la nada. Para Bloch, por ejemplo, la utopía es una posibilidad real que está en la latencia y tendencia del mundo. Ningún defensor de la utopía es puramente voluntarista. Lo es porque cree en la posibilidad del hombre y de lo existente, porque no admite el amor fati como solución ni verdad de lo real, porque espera, dado lo que sabe de la realidad, lo que degusta de la misma. El pensamiento utópico conoce el mal y ante él reacciona; pero conoce también el /bien, su presencia en lo real, su deseo por el hombre, su preapariencia (Vorschein) en las grandes y pequeñas creaciones del espíritu humano. El utopista no ve la realidad abocada a la nada, sino preñada de posibilidades a las que quiere ayudar a ser realidad, y que muchas veces han llegado a ser realidad.

El hombre sabe del mundo, el hombre conoce el mundo; y el hombre sabe del hombre, sabe lo que le hace humano. Y lo que sabe el hombre no sólo está en la ciencia; lo que el hombre sabe de la humanidad se expresó sobre todo en el arte, en la religión y en la filosofía. Ernst Bloch así lo afirma. En todo gran arte, en toda filosofía verdadera, resplandece el rostro del hombre. Ninguno de ellos se reduce para nada a expresión de su tiempo, sino que anuncia una humanidad humana posible que se enfrente radicalmente al sinsentido. Contra la imagen del búho de Minerva afirma Bloch: la filosofía es «actividad subversiva, (...) lenguaje de una realidad en trance de instaurarse (...). Si una gran filosofía enuncia el pensamiento de su tiempo, enuncia también lo que le falta a ese tiempo y lo que llegará a vencimiento en el mundo que viene».

Aunque es en la religión sobre todo, y sobre todo en la religión cristiana, donde la utopía se expresó con más radicalidad. Sólo en ella está la exigencia de justicia absoluta y de futuro absoluto, de manera que la utopía religiosa cristiana, la utopía del Reino de Dios y del Hijo del Hombre, supera incluso las fronteras de la /muerte: resurrección de la carne. Por eso Bloch afirma: «La religión está llena de utopía y la utopía es enteramente su porción más central, la omega del pueblo libre en un fundamento libre». Porque si «donde hay esperanza hay religión», donde hay religión hay utopía. La conciencia religiosa, piensa Bloch, es inseparable de los eternos problemas de nuestro anhelo, y en toda la historia de las utopías sociales hay religiosidad cristiana hecha sociedad. La conciencia religiosa fue la que nos enseñó, sobre todo, la no verdad de este mundo, y la que desde la Biblia nos enseñó a mirar hacia el futuro y a confiar en la verdad de la esperanza; porque si todos los pueblos sitúan la época dorada en un pasado fabuloso, sólo el pueblo judío supo poner en el futuro la justicia y la verdad del hombre.

¿Seremos capaces de renunciar a esta herencia en este momento de triunfo de Mammón? ¿Qué hacer ahora tras tanto derrumbamiento? ¿Podremos seguir hablando de utopía ahora que nos resulta hasta ridículo aquel final de la utopía, de Marcuse?

Mas si la utopía forma parte de la condición del "hombre, este no puede renunciar a la misma sin renunciar a su humanidad. No podemos vivir sin metas, sin metas sociales y personales. Sin ella, como dice Mucchielli, somos un navío a la deriva. En ningún sentido, tampoco en el social, el hombre puede conformarse con el presente. Refiriéndose a la situación de España, decía hace unos años Sergio Vilar: «Al no tener utopía, el presente resulta estéril: sólo se sobrevive en una serie de reproducciones simples de lo que ya fue y fuimos». El fracaso de muchas utopías ha traído estancamiento y putrefacción.

Ahora bien, en esto sí que hay que rechazar todo /fundamentalismo: no podemos, para reformular metas, olvidar los crímenes del utopismo y del apoderamiento totalitario de la historia, de la utopía como experimento nihilista. En la época que nos toca vivir, es necesario rechazar en toda defensa de la utopía cualquier resto de progresismo filisteo. El progresismo filisteo es nihilista en su verdad. Niega la presencia de la verdad en la historia, niega que la humanidad del hombre haya estado siempre también en sus obras. Por eso es totalitario, no cree realmente en el futuro, lo interpreta simplemente como un presente prolongado, y en el pasado no encuentra más que error y embuste. Pero no cabe verdadera utopía sin descubrir la presencia de la razón en la historia. Sólo esto puede dar confianza en el futuro. Los totalitarismos del siglo XX se caracterizaron (y se caracterizan) por quemar libros, por querer borrar las semillas de humanidad del pasado, la semilla bíblica –muy especialmente en el hitlerismo y, de otras maneras, en el estalinismo–. Así aniquilaron lo humano y su esperanza, y construyeron el infierno.

La utopía verdadera ha de rechazar toda quema de libros, pues ha de comenzar por el reconocimiento de la grandeza del hombre, por asumir su historia, llena de dolor, sufrimiento e injusticia, pero también de verdad, heroísmo, /belleza y bien. Ninguna utopía tiene sentido en desconexión con la historia. Ninguna utopía puede ser experimentar hipótesis abstractas, aunque sean hipótesis de Marx. La utopía ha de ser búsqueda de la verdad del hombre, que está en la tendencia de la historia y en las anticipaciones del pensamiento y de la razón. «Utopía sin razón es ciega» (Carlos Díaz).

Nos queda, pues, la utopía sin utopismo, la utopía con minúscula, si queremos, la que ama a la humanidad y su /historia, la que se reconcilia con esta; sin quema de libros, sin catarismo, buscando el mestizaje y mutuo enriquecimiento de tradiciones, sin usar a los hombres, sin ser estos medios de la economía, sin insultar sus ilusiones, sin proyectos fuera de su medida, sin desconstruir nada. A la utopía nada humano le es ajeno, todo lo humano le es hermoso. Y en este momento, contra el mal y la negación de lo humano que de nuevo amenazan, no hay que renunciar a la expectativa de un novum. Sin utopía, la razón se empobrece, se reduce a /razón instrumental, y se cae también en el totalitarismo: «Razón sin utopía es vacía», sentencia Carlos Díaz. El rostro del que sufre, la humanidad pisoteada y traicionada, nos siguen interpelando como a Moro. Y también hoy tenemos el deber de denunciar el presente y proyectar una vida humana. La humanidad ha soñado sueños demasiado bellos para aceptar ahora esto como realidad: «Jerusalén, si me olvido de ti, que mi mano derecha se me seque» (Sal 137,5).

BIBL.: BLOCH E., El principio esperanza, 3 vols., Aguilar, Madrid 1977ss; ID, El ateísmo en el cristianismo. La religión del éxodo y del Reino, Taurus, Madrid 1983; DIAz C., De la razón dialógica a la razón profética, Madre Tierra, Móstoles 1991; MANNHEIM K., Ideología y utopía, Aguilar, Madrid 1989; MANUEL F. E. (ed.), Utopías y pensamiento utópico, Espasa-Calpe, Madrid 1982; MANUEL E. E.-MANUEL F. E, El pensamiento utópico en el mundo occidental, 3 vols., Taurus, Madrid 1984; MORO T.-CAMPANELLA T.-BACON F., Utopías del Renacimiento, FCE, Madrid 1980; NEUSUSS A. (ed.), Utopía, Barral, Barcelona 1971; RAMOS CENTENO V., Utopía y razón práctica en Ernst Bloch, Endymión, Madrid 1992; RICOEUR E, Ideología y utopía, Gedisa, Barcelona 1989; SÁNCHEZ MORA E., Utopía y praxis, Trillas, México 1980; VILAR S., El viaje y la utopía. Iniciación a la teoría y a la práctica anticipadora, Laia, Barcelona 1985.

V. Ramos Centeno

https://es.scribd.com/document/288471698/Diccionario-de-Pensamiento-Contemporaneo





17 junio 2025

A los "líderes" de este mundo



*****

14 de Julio

¿QUÉ FESTEJARON?

LIBERTAD - IGUALDAD - FRATERNIDAD

(¿o me equivoco?)


armasarmasarmasarmasarmasarmas



 Actualizo unas imágenes ya publicadas






Allí habrá estado nuestro planeta si continuamos siendo tan estúpidos como para no saber convivir.

*****

MATAR

Matamos, siempre matamos
Células
Bacterias
Plantas
Animales
Seres humanos
...
Matamos, siempre matamos
¿Por qué?
¿Para qué?
...
Matamos, siempre matamos
¿Cómo?
¿Cuándo?
...
Matamos, siempre matamos
Y consagramos como héroes 
a quienes matan personas.


Andrea Verrocchio: Retrato ecuestre de Bartolomeo Colleoni, mercenario (condotiero italiano del siglo XV)

Nota: No es una poesía.


*****


29 mayo 2025

Somatoestética. Para una conciencia ampliada de la expectación.


 


Somatoestética. Para una conciencia ampliada de la expectación. 

(separata de mi artículo publicado en el Nº 18 de IECE Revista Digital)

 

TEATRO

IECE REVISTA DIGITAL N°18 - DIC 2024

 

NICOLÁS LUIS FABIANI

Somatoestética. Para una conciencia ampliada de la expectación¹

 

¹ Ponencia inédita presentada en el XXXII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino. GETEA, FILO-UBA, 2024

 

En el resumen de mi ponencia (GETEA 2024) citaba un artículo de Jorge Dubatti, “Territorios de las/los espectadores”, publicado en el Nº 16 de IECE Revista Digital. Allí señalaba el autor: “sabemos muy poco todavía de las/los espectadores.” Por mi parte escribía en mi ponencia del año anterior: “El espectador procesa, no sólo reacciona.” Subrayo, procesa.

“En cuanto al teatro, -escribe Dubatti- la expectación consiste en la acción de observar la producción de poíesis corporal en el acontecimiento: observar la construcción (en el doble sentido de constructo y proceso) de metáfora, ficción, forma, mundo paralelo al mundo, en-desde-por-con el cuerpo del actor, para poder desde dicha observación multiplicar a su vez la experiencia en la producción poiética convivial.” (Dubatti, 2018)

Ahora bien, para una conciencia ampliada de la “expectación” se trata aquí de reflexionar sobre la difícil tarea que plantea dicha expectación, no en un plano abstracto de toda expectación, sino a partir de un enfoque sistémico que vengo sosteniendo desde hace ya bastante tiempo, enfoque sistémico que debiera atender al aquí y ahora de las/los espectadores en particular y, a la vez, en todo aquello que pueda esbozarse como general, desde un punto de vista latinoamericano y/o nacional. Para esto deberían tomarse en cuenta los componentes de esta complejidad. Estos componentes, lejos de su simple apariencia conceptual, pueden resumirse en aquello que tiene que ver con la persona (obviamente el espectador en cuestión). Aquí surge la somatoestética, pero como componente estaría hoy mejor definido conceptualmente como [Bp], biopsicológico; la somatoestética estaría representada por lo biológico, de ahí que el componente propiamente dicho incluya lo psicológico, además de lo somático. Los otros componentes comprenden la economía, la política y, en definitiva, la cultura. Lo cual supone, como vengo insistiendo desde hace ya algunos años, una tarea inter y transdisciplinaria por la diversidad de saberes que implica. De ahí que proponga, sin más pretensiones para el breve espacio de que se dispone, algunos interrogantes, algunas posibles líneas de investigación.

Partamos entonces del siguiente axioma: todo espectador forma parte de un sistema social. Un sistema que incluye, como digo, lo económico, lo político y lo cultural. Y agrego, aunque parezca una perogrullada: debemos considerar nuestra propia experiencia como espectadores. Es más: nuestra experiencia vital que culminará en el aquí y el ahora de la expectación que el espectáculo en cuestión nos proponga (no sólo teatro, sino cine, concierto o, más recientemente, competiciones olímpicas). Por supuesto, para nosotros, aquí y ahora, el teatro sería lo específico, particular.

En mi ponencia anterior (“Teatro y cuerpo. Aportes para una somatoestética”) cerraba la conclusión con la siguiente pregunta ahora ampliada: ¿Qué procesos se desencadenan en nosotros, expectadores ante un espectáculo, en el presente caso, teatral? La breve respuesta que respondía a esta pregunta era “Procesos somatoestéticos”. Este concepto -somatoestética- se diferencia del más conocido como somatoestesis, que tiene que ver solamente con el sistema somatosensorial. Así, pues, mi propuesta sistémica alude a lo estético evitando los enfoques reduccionistas de la neuroestética (la moda de lo neuro), a la vez que parte de un enfoque biopsicológico, es decir, un campo compartido por lo biológico (que atiende al soma, cuerpo) y lo psicológico (que, además, también incluye las emociones).

Ahora bien, en qué medida esos procesos somatoestéticos proponen una conciencia ampliada de la expectación, como plantea el título de este trabajo. “En la zona de experiencia, -pregunta Dubatti- ¿quién podría trazar límites precisos y estables a estos territorios de acontecimiento, o al grado de conciencia frente a la convención y las reglas, o a las etapas del proceso de hacerse espectador? Sería imposible.” (Dubatti, 2018). Esta es su respuesta. Es verdad, los límites son imprecisos. La complejidad prevalece, al parecer. Pero nada impide abordar esa complejidad, como planteo, desde el punto de vista sistémico, aun sabiendo que esa complejidad no será resuelta de una vez y para siempre. La ciencia lo sabe bien.

Así pues, esta expectación ampliada debería considerar los componentes ya citados (biopsicológicos, somatoestéticos), económicos, políticos y culturales y sus relaciones, sin las cuales estaríamos desechando posibles explicaciones más allá de los límites de sus respectivos campos. Por supuesto, las preguntas que surgen son tan ineludibles como numerosas (casi diría infinitas). A título de ejemplo, y como cierre de este artículo dejaré algunas planteadas, sobre todo porque el propósito de esta presentación es abrir puertas y eludir la tentación de cerrarlas.

Hace ya algunos años, Enrique Dussel ha planteado, una “estética de la liberación”. Obviamente no desde el campo de la somatoestética. Pero sí en cuanto tiene que ver con lo político, lo económico y, me atrevo a decir, sobre todo lo cultural y, especial y críticamente, en relación con el eurocentrismo y la tan mentada modernidad. Ahora bien, si no consideramos el enfoque somatoestético, estamos dejando de lado algo que el propio Dussel plantea respecto del fundamento de la Ética: la VIDA. En el caso de esta “conciencia ampliada de la expectación” y, por qué no, de una estética ampliada de la liberación, ¿acaso no deberíamos adoptar un fundamento semejante, es decir, la Vida? La respuesta parece ya implícita; pero no es así, sería demasiado fácil. De todos modos, creo, vale la pena plantearse la relación Estética-Vida. Y esto en tanto que la estética haría algo más que problematizar la Belleza, o limitarse, por ejemplo, a las artes. La somatoestética tendría que ver, como componente, con aquello que presupone todo ser humano, y esto ya es considerablemente amplio. Aquí estaríamos superando los límites: de raza, de culturas (no unas mejores que otras), de poderes económicos y políticos que impongan marginaciones económicas, políticas y, por ende culturales. ¿Sería una propuesta utópica o una con un horizonte ilimitado? ¿No cabría plantearse un nuevo humanismo, humanitario? Estaríamos frente a una conciencia ampliada de la expectación.

Bibliografía

-Dubatti, Jorge (2023) “Territorios de las/los espectadores”, publicado en el Nº 16 de IECE Revista Digital, diciembre.

-Dubatti, Jorge (2018). “Pensar a los espectadores de teatro”. En IECE. Revista Digital, Mar del Plata, Instituto de Estudios Culturales y Estéticos, III, 6 (diciembre), 3-6. http://iece-argentina.weebly.com

-Fabiani, Nicolás Luis (2023) “Aportes para una somatoestética. Su relación con las artes” IECE Revista Digital N°15 - JUL 2023

https://iece-argentina.weebly.com/uploads/5/7/2/4/57241255/iece_revista_15_%C3%BAltima_versi%C3%B3


Nota: Todos los números ya publicados pueden consultarse en: iecedigital.blogspot.com 


*****

27 marzo 2025

Taller: Arte y Culturas

 

 

 

Curso-taller UPAMI 2025

Universidad Atlántida Argentina 

Primer Trimestre

 


Taller: Arte y Culturas (virtual, para todo el país) 

Miércoles de 14 a 16 hs

Los participantes tendrán acceso a diversas manifestaciones artísticas, sobre todo a aquellas que más en contacto están con nosotros (las artes plásticas, la música, el cine, el teatro, la arquitectura). Una experiencia sumamente rica que nos proporcionan las artes para enriquecer tanto nuestra sensibilidad como nuestro intelecto.

Docente: Mag. Nicolás Luis Fabiani

 Para afiliados y no afiliados a PAMI de todo el país

INSCRIPCIONES

Afiliados a PAMI: 

https://www.pami.org.ar/talleresycursos/inscripcion/141506


*****


Premio a la Trayectoria

(31/5/2025)

 

Agradecimientos:

Asociación de Geriatría y Gerontología de Mar del Plata

Sra. Secretaria Natalia La Rocca

Sra. Pro-secretaria Marbel Garziglia de Pasetti

 Jorgelina Ricchezza, Vice Decana UA Fac. Psicología de la UAA; Directora del Instituto de Estudios Gerontologicos

 

Tres breves reflexiones para compartirles:

1.- La primera de ellas motivada por una imagen que me surgió en cuanto a “trayectoria”.

Una flecha, su trayectoria, desde el lanzamiento hasta dar en el blanco (todavía no dí en el blanco).

 

2.- La segunda cuando pensé en los premios Oscar otorgados a la “trayectoria”.  Claro, no es el premio a una actuación en una película determinada. Y por lo tanto, parece un “premio consuelo”. Pero, ¿es así? Ganar un premio por una película es, si se quiere, menos que premiar una trayectoria, que muy bien podemos interpretar como todo cuanto la actriz, el actor, hizo a lo largo de su carrera.

 

3.- Por último, una invitación: a trabajar por algo que, en varios documentos de la UNESCO, se llamó “nuevo Humanismo”. Mejor, digamos, como vengo proponiendo, Humanismo humanitario. Un humanismo que atienda a la VIDA. Algo que no hemos creado, la VIDA, pero que muchas veces nos empeñamos en destruir. Por lo tanto, a trabajar por la vida (hasta dar en el blanco).





02 febrero 2025

Más aportes para un Humanismo humanitario

Más aportes para un Humanismo humanitario

Por un Humanismo humanitario.
“Se mostró como uno de los pocos humanistas entre los líderes mundiales”, expresó el Grupo de Curas OPP tras la muerte del Papa.
"Vemos que hace tiempo Francisco se mostró como uno de los pocos humanistas entre los líderes mundiales."



>>><<<


La crítica. Críticas constructivas, críticas negativas

"Las críticas destructivas debieran ser bienvenidas cuando su objetivo es falso o inmoral, como es el caso de la economía neoclásica comprometida con el statu quo. Pero la negación de esta teoría no equivale a una confirmación de la economía clásica, que involucra la equivalencia del valor de una mercancía con el trabajo invertido en su producción. [...] En la actualidad no hay teoría económica que explique la realidad económica actual. El gran valor de la crítica de Marx al capitalismo fue que señaló que el mercado es insostenible sin ayuda del Estado, y que la distribución de las utilidades en el mercado libre es inequitativo y por lo tanto inmoral. Se sigue que las críticas de los economistas a Marx no son pertinentes, lo que explica su ineficacia política."

[...]

"Cuando se trata al contrincante como si fuese un enemigo no cabe esperar reacciones positivas, sino represalias."

[...]

"En resumen,  en las ciencias y técnicas la mejor crítica es la que señala defectos corregibles e insta a elaborar ideas mejores."

Mario Bunge: "Fest Argentina". (En: El último ilustrado. Homenaje al centenario del nacimiento de Mario A. Bunge, Compilado por Antonio A. Martino. 1ª ed. CABA: Eudeba, 2019) p.27s.



*****

VIDA

ANTE TODO:

 Promover la vida en este planeta. Todo lo demás -en tanto que

 Humanismo humanitario- pasa a segundo término.


*****


"Ciencia, ética y el futuro de la vejez en la Cumbre sobre Longevidad del Vaticano

En la Oficina de Prensa del Vaticano se presentó una conferencia sobre la etapa 
final de la vida con Premios Nobel y científicos de renombre internacional. 
El evento se celebra en el Centro de Congresos Augustinianum de Roma y está organizado por el Instituto Internacional de Neurobioética, IINBE, 
con el patrocinio de la Academia Pontificia para la Vida, PAV."

https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2025-03/ciencia-etica-y-el-futuro-de-la-vejez-en-la-cumbre-de-longevidad.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=NewsletterVN-ES




*****


El mal camino


"La guerra trae consigo estos males: el estrépito de las armas; las acometidas e invasiones repentinas, impetuosas y furiosas; las violencias y las graves perturbaciones; los escándalos, las muertes y las carnicerías; los estragos, las rapiñas y los despojos, el privar a los padres, de sus hijos, y a los hijos, de sus padres; los cautiverios, el quitarles a los reyes y señores naturales sus estados y dominios; la devastación y desolación de ciudades, lugares y pueblos innumerables. y todos estos males llenan los reinos, las regiones y los lugares de copioso llanto, de gemidos, de tristes lamentos y de todo género de luctuosas calamidades"

Bartolomé de las Casas, Obras escogidas, BAE, Madrid, 1958.


  

***  ***  ***  ***  ***  



"En una Europa sin restricciones presupuestarias de ningún tipo para las crecientes inversiones militares, las empresas armamentistas británicas fueron las primeras en recibir favorablemente las declaraciones del primer ministro sobre continuidad de la intervención bélica en Ucrania.


El 17 de febrero, el compromiso con Kiev se tradujo en más de 5 mil millones de dólares de ganancias para corporaciones británicas líderes del mercado de armas y de vehículos militares, como BAE Systems, junto con Rolls-Royce y Babcock International."

https://www.pagina12.com.ar/807228-inglaterra-al-rescate-de-ucrania 


Si vis pacem, para bellum

"Si vis pacem, para bellum" es una máxima latina que significa «si quieres la paz, prepárate para la guerra». Aunque a veces se atribuye erróneamente a Julio César, en realidad deriva de un pasaje del escritor romano de temas militares Vegecio, que dice:

«Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum»

El dicho es uno de los muchos basados en el prefacio del libro III de su obra Epitoma rei militaris, posiblemente escrita alrededor del año 390.

Leer más en: https://es.wikipedia.org/wiki/Si_vis_pacem,_para_bellum


Quienes fabrican armas para la defensa también las fabrican para el ataque (lo sepan o no)

Éticamente injustificable. Pero estamos en una encrucijada en la que la Ética es un tema a desechar. Matar y mirar para otro lado. Argumentos para matar al parecer no les faltan (O tampoco los necesitan)

*****

El mal camino


Si estas noticias son ciertas vamos por el mal camino. Y no podemos permitirlo. Basta de supuestos líderes que conducen a la humanidad al matadero. Enviaron a millones a que se maten so pretexto de que iban a defender "ideales" y convertirse en presuntos "héroes". Todas esas guerras demostraron lo contrario.
Fabricando armas se llenaron los bolsillos. La sangre inútilmente derramada los juzga desde hace siglos. 
¿Quién los convenció que son los dueños del mundo?
Apenas estaremos unos pocos años sobre este planeta. ¿Con qué derecho quieren presentarse como homo sapiens cuando ni siquiera aprendieron a vivir y a proporcionar mejores formas de vida a sus semejantes?
No  son mayoría y esto debe ser lo que tiene convencernos que quienes no pensamos como ellos sí somos mayoría.
"Li Qiang, anunció modificaciones en el presupuesto que incluyen un sustancial aumento del gasto en Defensa destinado a "mejorar la preparación para el combate y la salvaguarda de la soberanía nacional". [...]
"El presidente chino, Xi Jinping, presente en la sesión inaugural, ha reiterado en varias ocasiones que no descarta el uso de la fuerza si lo considera necesario y que el Ejército chino debe modernizarse para reducir la brecha con Estados Unidos y prepararse para posibles enfrentamientos." [...]
"Por su parte, el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, afirmó este miércoles que su país está "preparado para una posible guerra con China", en respuesta a los comentarios de Li. "Estamos preparados. Los que anhelan la paz se preparan para la guerra. Por eso estamos reconstruyendo nuestro Ejército", declaró Hegseth para Fox News.
El funcionario estadounidense defendió el aumento del gasto en defensa argumentando que "vivimos en un mundo peligroso, con países poderosos y de ideologías muy diferentes", que "están modernizando sus ejércitos y quieren suplantar" a su país. "Si queremos disuadir la guerra con China u otros, tenemos que ser fuertes", sentenció."

*****
"Con gloria morir..."  Una gloria que jamás vieron aquellos que murieron en tantas guerras y a quienes convencieron que así sería.
Nunca se enteraron de esa supuesta gloria.

*****

"La causa [final] porque han muerto y destruido tantas y tales y tan infinito número de ánimas los cristianos, ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riqueza en muy breves días y subir a estados muy altos y sin proporción a sus personas. (La causa ha sido) por la insaciable codicia y ambición que han tenido [... Debo] suplicar a Su Majestad con instancia importuna, que no conceda ni permita la que los tiranos han inventaron, prosiguieron y han cometido, y que llaman conquista" (Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Introducción)."
Citado por Enrique Dussel: 1492: 
el encubrimiento del otro : hacia el origen del mito de la modernidad. p. 39




15 enero 2025

  NUEVA PUBLICACIÓN


ACABA DE APARECER EL Nº 18 DE NUESTRA 

IECE Revista Digital

(Diciembre 2024)



La Revista completa puede descargarse de la siguiente página:


Nota: este enlace contiene una Fe de Erratas para el artículo "Un recuerdo valioso reiterado", p. 27

Distribución gratuita

Los números anteriores pueden encontrarse en: